Ninguna palabra alcanza para definir al Papa Francisco, el gaucho de las pampas que unió hasta el cansancio e hizo visibles a los que muchos años fueron invisibilizados. El Papa que jamás se saco su anillo de su país de origen, que uso los mismo zapatos, que comía con el personal del Vaticano y que eligió un simple ataúd que será depositado debajo de una modesta lapida, pagada por un tercero.
El hombre que vivió como hablaba, que dejó la vara tan alta que su sucesor tendrá la gran responsabilidad ante los ojos del Pueblo Católico de no cometer un error que aleje a la gente de la Iglesia. POR SIEMPRE PAPA FRANCISCO.