Esta foto, su historia me tiene apretado el corazón, mi razón no entiende y mi sangre se subleva.
Ninguno de nosotros podemos mensurar el dolor de esta familia, primero falto uno, a ese uno lo busco su papá y la tragedia volvio a golpear a esta familia.
No había más navidades, ni cumpleaños alegres, pero debian seguir con una vida incompleta y llena de dolor.
El destino, Dios, Diego y su papá, Ceratti si quieren hicieron que los caminos llevarán a encontrar a este joven a quién le arrebataron la vida, los sueños, su futuro. Hoy es el hermano de todos, el hijo de todos. No vamos a parar hasta que se haga justicia y puedan todos los Fernández Lima encontrar algo de paz, solo nuestro abrazo puede calmar un poco tanto dolor. MLI