Desde fines de noviembre, circula una nueva variante de la influenza A en varias regiones del mundo. Se trata del subclado K del virus H3N2, conocida como "gripe K" que encendió las alarmas en Europa debido al registro de casos entre tres y seis semanas antes que lo habitual, según reportó la Organización Mundial de la Salud. Rápidamente, el virus se expandió a algunos países de Asia y de América, provocando aún más atención en la prevención del contagio y en el aislamiento de las personas afectadas.
En el Reino Unido, el número de hospitalizaciones por influenza aumentó de 1.717 a más de 2.660 en una semana, con proyecciones de hasta 8.000 internaciones semanales. En tanto, España, Alemania, Francia e Italia duplicaron sus registros de contagios en comparación con el año anterior, de acuerdo con las agencias europeas.







