En la provincia de Santa Fe, el
asociativismo y el cooperativismo tienen una presencia profundamente arraigada,
particularmente en la producción y el desarrollo comunitario. Entidades como
cooperativas y mutuales han sido fundamentales para el crecimiento económico y
la organización social de numerosos pueblos y ciudades. Si bien actualmente lo
colectivo puede estar menos valorado, es necesario recuperar estas prácticas de
autogestión que han demostrado ser soluciones efectivas a lo largo del tiempo.
Con la colaboración de expertos
en infraestructura y recursos hídricos, como lo es Juan Venesia, se han
impulsado espacios de discusión y foros, como los realizados en el Gran
Rosario, que buscan fomentar la integración metropolitana y la cooperación
entre distintos niveles de gobierno. Aunque la presencia de las cooperativas no
siempre es tan visible como la de grandes ciudades o empresas, resulta clave
establecer mecanismos de coordinación para fortalecer la posición del sector y
generar oportunidades de colaboración tanto organizativas como comerciales.
Ejemplo de esto es la promoción de compras y proyectos conjuntos entre
cooperativas regionales, superando la lógica de gestión aislada y priorizando
la articulación económica y territorial.
El crecimiento poblacional en
localidades como Ibarlucea, Pueblo Esther y Soldini plantea nuevos retos en la
provisión de servicios públicos. La falta de marcos regulatorios adecuados, por
ejemplo, en el sector eléctrico de Santa Fe, genera disparidades entre
localidades. La integración y el trabajo conjunto con gobiernos locales se
vuelven esenciales para compartir estos desafíos y buscar soluciones desde una
mirada territorial, especialmente en un contexto donde el Año Internacional de
las Cooperativas otorga mayor visibilidad a estas cuestiones.
En el movimiento cooperativo se
promueve la independencia política de las organizaciones, aunque sus líderes
puedan tener sus propias identidades. La política atraviesa toda gestión,
incluso la gremial, y debe dejar de ser un tabú. Lo importante, al asumir
funciones públicas, es el rol y no la pertenencia partidaria. La experiencia
demuestra la posibilidad de dialogar y gestionar con autoridades de distintas
orientaciones, priorizando el impacto local de las cooperativas y la resolución
de los problemas cotidianos de la comunidad, más allá de los prejuicios
ideológicos.
Existe una percepción común de
que las grandes ciudades reciben mayor atención por parte del Estado debido a
su peso político y demográfico, mientras que las necesidades de las pequeñas
comunidades suelen pasar desapercibidas. En localidades como Ibarlucea, un
corte de energía puede paralizar totalmente el funcionamiento, ya que toda la
comunidad depende de los servicios públicos cooperativos. La falta de
inversiones en infraestructura, como antenas de telecomunicaciones en pueblos
como Juncal, evidencia las dificultades de acceso y comunicación en el
interior.
Las inversiones necesarias para
mejorar la infraestructura en zonas de baja densidad no resultan rentables para
empresas privadas. Por eso, las cooperativas suelen intervenir, aunque muchas
veces la magnitud de las inversiones supera sus capacidades, especialmente en
un contexto de financiamiento limitado. Es importante reflexionar sobre la
relación entre centralidad y federalismo, y evitar que el análisis se reduzca a
datos estadísticos sin considerar la realidad integral de comunidades que
pueden quedar aisladas.
Los aumentos en las tarifas, como
el de la luz, impactan directamente en los hogares, lo que motiva la discusión
sobre estos temas, así como sobre las telecomunicaciones y la coyuntura
económica. Las jornadas sectoriales suelen incluir capacitaciones ofrecidas por
organismos reguladores como el INAES, enfocadas en la atención al cliente, la
mediación y el trato con los asociados, elementos fundamentales para quienes
gestionan servicios públicos cooperativos.
La invitación a estas actividades
queda abierta para quienes deseen participar o consultar más información, la
cual está disponible en el sitio web www.fomecop.com.
Existe cierta confusión sobre el
propósito real de invertir en infraestructura domiciliaria. Aquellos que
evalúan invertir deberían considerar el momento actual, pues la reducción de
subsidios y la mayor disponibilidad de crédito lo hacen propicio para ahorrar
en la factura. Si el objetivo es evitar cortes de luz, se trata de una
inversión diferente y más costosa, que exige un análisis de conveniencia, ya
que no resulta tan ventajosa como solución de reemplazo, aunque sí recomendable
como medida de ahorro.






