Matías narra que sus primeros años transcurrieron en Santa
Fe, en el seno de su familia biológica, donde sufrió violencia cotidiana por
parte de su padre. Este entorno traumático culminó en lo que él denomina “la
gran explosión”, cuando su padre, en un arrebato de ira, incendió parte de la
vivienda familiar. Este hecho desencadenó la intervención de las autoridades,
que resultó en la institucionalización de Matías y sus dos hermanas pequeñas en
la residencia Casa Cuna.
Allí vivió desde los cinco hasta los once años, etapa en la
que nunca le faltó alimento ni abrigo, pero donde la atención personalizada era
insuficiente: 32 niños estaban bajo el cuidado de solo dos adultas por turno.
Matías destaca la precariedad de aspectos cotidianos —como compartir cepillos
de dientes— y la ausencia de un abordaje individualizado, circunstancias que
dejaron huella en su infancia.
Durante su institucionalización, se intentaron
revinculaciones fallidas con su familia biológica. Matías percibe que el
sistema priorizaba la voz adulta por sobre la del niño y señala que los
mecanismos de protección suelen ser “biologicistas y adultocentristas”,
profundizando muchas veces el desarraigo infantil.
Durante su institucionalización, se intentaron
revinculaciones fallidas con su familia biológica. Matías percibe que el
sistema priorizaba la voz adulta por sobre la del niño y señala que los
mecanismos de protección suelen ser “biologicistas y adultocentristas”,
profundizando muchas veces el desarraigo infantil.
Explica que el propósito del libro es dar voz a quienes no
son escuchados y convertirse en una herramienta de concientización y
sensibilización sobre la situación de los miles de niños institucionalizados en
Argentina.
Remarca que todas las ganancias generadas por el libro se destinan a donaciones materiales para hogares de niños y que la transparencia del proceso se comparte abiertamente en el Instagram del libro. Allí, además, informan sobre las actividades y logros alcanzados. La llegada de Erika, su madre adoptiva, representó un punto de inflexión en la vida de Matías. El vínculo con ella no solo le dio una familia, sino también contención, apoyo y la oportunidad de desarrollarse plenamente. El orador resalta el amor de madre y la entrega de Erika, quien ha sido un pilar fundamental, tanto en la vida de Matías como en el impulso de acciones solidarias y de concientización que llevan adelante juntos.
Matías anuncia la organización de la jornada “Cocreando
Futuros” en la Bolsa de Comercio de Rosario, dirigida a concientizar sobre la
infancia vulnerada y el impacto de la institucionalización prolongada. El
evento, libre y gratuito, contará con paneles de testimonios, profesionales y
personas involucradas en el sistema de adopción. El objetivo es brindar
información y orientación tanto a profesionales como al público general,
especialmente a quienes deseen conocer más sobre la adopción.
La organización de esta jornada es posible gracias a la red
de contactos y el esfuerzo de Erika, quien logró reunir a entidades y
profesionales comprometidos, motivados por el impacto positivo y el cariño
generado a partir de la historia de Matías y la visibilidad del libro.
Tanto Matías como el equipo periodístico coinciden en la
necesidad de seguir trabajando para cambiar mentalidades y mejorar los procesos
del sistema de adopción. Reconocen avances, pero enfatizan que aún queda mucho
por hacer, especialmente en lo relativo al abordaje burocrático y la
perspectiva de los profesionales y la sociedad.
La entrevista concluye con palabras de aliento y apoyo a
Matías, el reconocimiento a su madre y la invitación a la sociedad a
involucrarse, a adoptar niños mayores y adolescentes, y a no dar “ni un paso
atrás” en la defensa de los derechos de la infancia. Matías recuerda que toda
la información sobre el libro y las jornadas está disponible en Instagram y
agradece el espacio y el apoyo recibido para continuar visibilizando su causa.





